El CINA participa en la regata de la COPA de ESPAÑA de VAURIEN
Ría de ARES, octubre 2023
Entre los días 12 al 15 de octubre de 2023 se disputó en el Club Náutico Ría de Ares la Copa de España de 2023 de la clase Vaurien.
Testigos presenciales han asegurado a esta redacción que un barco del CINA participó en esta regata. Estos son los hechos que rodearon dicho acontecimiento.
Primera parte. Planteamiento
«Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo»
Génesis 1:2
Nota de la redacción:
Entrevista a una persona (humana) que se identifica como monitor del Club y amigo de los presuntos participantes. Ha recalcado con contundente insistencia que no aparezca su nombre por lo que distorsionaremos el sonido de la entrevista para preservar su anonimato.
Pregunta: ¿Cómo se decidió la participación en la regata?
Respuesta: Todo comenzó con un comentario intrascendente, casi de broma, de Eduardo (Bellosillo):
—Estábamos Manuel, Raquel, Eduardo y yo mismo en un bar de San Juan y Eduardo comentó:
—El puente del Pilar se celebra la copa de España de Vaurien en la ría de Ares, en Galicia. Yo voy con una amiga de Cartagena. ¿Os venís?—Raquel y Manuel se miraron un momento. —¿Por qué no?— contestaron casi al unísono.
P: Pero es sabido que no tenían barco. No tenían velas. No tenían remolque. Ni siquiera tienen coche con bola.
R: Si. Eso mismo pensé yo. Pero habían decidido ir a la regata así que, empezaron a elucubrar:
—Edu les dijo que él tenía un casco de Vaurien: El «Pinke». Un barco que le habían donado dos hermanos de Getxo, Rafa y Manu. Era el barco en el que aprendió a navegar toda la familia (numerosa) y con el que participaron en las primeras regatas. Era un barco de 1976, de la primera serie que se construyó con fibra de vidrio. Lento y pesado como una pastinaca pero alegre y divertido como una tabla de windsurf.
—Las velas se las pedimos al CINA. Tenemos velas nuevas para los Vaurien. —Dijo Raquel.
—¡Ah! Y también nos pueden ceder el remolque.
—Sólo os faltaría un coche con bola. —Dijo Eduardo.— El mío lo necesito yo para llevar el barco desde Cartagena.
—Bueno —dijo Manuel— Tengo un amigo que tiene un RAV4 con bola.
—¿Cómo cuanto amigo es? —Dijo Raquel— Te tiene que dejar el coche todo el puente del Pilar. Y le vas a hacer unos kilómetros. El carro está en el Atazar, el casco en Cazalegas y la regata es en Galicia. Y viceversa, que luego hay que dejar todo en su sitio.
—Sí, ya. Por eso digo que es un amigo. Tenemos coche.
P: Optimismo desde luego sí que tenían, me parece a mí.
R: Sí. En realidad era lo único que tenían.
Segunda parte. Nudo (naútico)
«—Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos
que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento.»
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes.
En este punto, la información contrastada se pierde por completo. No se ha podido recabar información fidedigna sobre lo que aconteció desde ese momento hasta que volvemos a encontrar a nuestros protagonistas ya en Galicia, en el pintoresco pueblecito de Ares.
No obstante, se han conseguido algunos documentos gráficos de sus andanzas.
Los exponemos a continuación.
La pista se vuelve a recuperar en el propio pueblo de Ares. Puestos al habla con la Organización de su Club Náutico nos describieron con todo lujo de detalle el Acto de Recepción de los participantes en la Regata.
Reproducimos a continuación un extracto del relato en el que se aprecia claramente el agradable acento gallego del interlocutor.
…»Los participantes fueron llegando a lo largo del día. Conseguimos permiso del Ayuntamiento (Excelentísimo) para que pudieran circular por el paseo marítimo con lo que se evitó el tránsito por las estrechas calles del pueblo. La confirmación de que resultó una buena medida la tuvimos al enterarnos de que algunos participantes, en concreto los del CINA, ya de vuelta, volvieron a utilizar el paseo marítimo, esta vez de forma completamente ilegal y bajo su responsabilidad (dudosa) y albedrío, porque los cruces de las calles les resultaron bastante más estrechos que el campo de regatas.
En el área del puerto, frente al Club, habíamos balizado con vallas las plazas para cada participante.
Nota de la redacción:
Por razones que no vienen al caso y que posteriormente quedaron divertidamente esclarecidas, la plaza asignada al barco 36061, del CINA, presentaba este estimulante y motivador aspecto.
Con la caída de la noche se celebró la Recepción en la que se dio por iniciada la «Copa de España Vaurien 2023»
Tras unas breves palabras de bienvenida y la actuación de un grupo de música (antigua) de la comarca, se sirvió un ágape con productos de la tierra que propició el reencuentro de conocidos de otras ediciones….»
Efectivamente, a esta redacción ha llegado algún documento gráfico que avala y alaba estas palabras.
Tercera parte. Desenlace
Alea Jacta est
Julio Cesar.
Viernes 13/10/2023 Primer día de regata. (Al menos, no era martes)
Nos consta que el pronóstico meteorológico se cumplió al pie de la isobara y el día amaneció lluvioso y sin apenas viento. Óptimas condiciones para desarrollar con amplias probabilidades de éxito una regata de vela ligera.
Nuestros informadores nos aseguran que nuestros participantes se emplearon a fondo, a pesar de la lluvia por momentos torrencial, para terminar de poner a punto su embarcación. Consiguieron arbolar sin mayores problemas y, con pericia y resolución, consiguieron que la cinta americana, elemento básico e insustituible en toda regata de élite, pegara lo suficiente para cumplir su función en los imbornales.
Así, todo quedo listo para la gran prueba.
Nota del editor: De un modo que no revelaremos aquí por prudencia jurídica hemos accedido al diario de uno de los participantes en la regata. Lo reproducimos a continuación.
… Finalmente, se izó la bandera «Delta». Comenzaba la regata. Éramos unos 25 barcos, más o menos.
Bajo la inclemente lluvia que caía desde inmensos nubarrones grises y negros, salimos a navegar. Nuestros asesores tácticos nos habían informado de que seguiría la lluvia, apenas habría viento (al menos no habría mucha ola) y estábamos a punto de alcanzar la pleamar.
En la línea de salida se mascaba entre rociones la emoción concentrada de los participantes . Los cinco minutos previos a la salida fueron un auténtico espectáculo de caos organizado. Al ser la primera prueba, no se puede decir que los participantes estuvieran muy puestos en situación. Nosotros optamos por un perfil observador/conservador para irle cogiendo el punto a los participantes y andábamos, como todos, buscando la mejor posición de salida, pero tratando de mantener una prudente distancia de seguridad que no pudimos conseguir. Recordemos que el barco era prestado y no habíamos llegado a saber si el seguro era sólo a terceros o a todo riesgo con franquicia.
Se dio la salida, pero el caos no llegó a resolverse por lo que a los pocos minutos pitaron «Llamada general»: Un alto porcentaje de barcos (nosotros no) había cruzado la línea antes de tiempo y los jueces no eran capaces de notificar tanta infracción lo que barrió de un plumazo nuestras esperanzas de conseguir un puesto honrado y digno en esa manga.
Nosotros nos lo barruntamos así que estábamos todavía cerca de la casilla de salida por lo que no nos costó mucho volver.
Se organizó todo para un segundo intento.
Aquí ya empezamos a no preocuparnos tanto por las condiciones del seguro y arriesgamos más. Tampoco mucho más todavía, todo hay que decirlo, pero mejoramos bastante nuestra posición de salida.
Y ahí andábamos, luchando contra los elementos como nuestros precursores de la Armada Invencible en mitad de la manga cuando el viento roló hasta ponerse a un través de las boyas con lo que ya no estábamos seguros de si íbamos a la de barlo o volvíamos a la de sota…
El Comité, con acertado criterio, anuló la manga.
Tratamos de ir volviendo otra vez a la casilla de salida cuando el viento volvió a rolar, esta vez sobre sí mismo y, como en un espectáculo de magia de desapariciones, se esfumó.
Así que allí estuvimos un buen rato, flotando en el mar y achicando el agua de la lluvia y viceversa hasta que el Comité, en un rasgo de cristiana piedad, tocó «retirada» y «sálvese quién pueda» y eso tratamos de hacer cada uno según sus talentos. Unos remando con la pala. Otros remando con la vela. Los más afortunados y astutos, como nosotros, conseguimos tras breve súplica, que una neumática que pasó cerca nos remolcara hasta la bocana del puerto junto con otro barquito con nuestra misma suerte.
Yo, que soy un optimista sin remedio, estaba contento. En este primer día habíamos terminado en la misma posición que los que ganaron finalmente la regata. Nunca había estado tan cerca del pódium…
Sábado 14/10/2023 Segundo día de regata.
El sábado amaneció despejado. Se ve que las nubes habían seguido su regata particular y empapaban otras zonas de nuestra querida piel de toro. Por otro lado (nunca mejor dicho), todavía no habían llegado las nubes que estuvieron descargando chubascos y tormentas durante todo el santo día siguiente para amenizar el viaje de vuelta con su repiqueteo machacón.
Así las cosas, este día sí que disfrutamos las cuatro mangas de las que constó la regata.
Nuestra confianza y autoestima se había visto ampliamente incrementada con la experiencia del día anterior. La experiencia náutica diurna, pasada por agua, y la experiencia gastronómica nocturna, pasada por vino, en la que compartimos mesa, mantel y botellas con otros participantes. Al calor de la amistad renovada, las desternillantes anécdotas, los exquisitos platos gallegos y el estímulo de las bebidas espiritosas nuestro ánimo subió varios enteros mucho antes incluso de llegar a la fase de «cánticos regionales».
Cómo digo, ese día sí disfrutamos.
Está claro que Raquel, a la caña, lo era por partida doble y conseguimos colarnos en una posición de salida muy buena en todas las mangas.
Desde esa posición privilegiada en la que salíamos con el grupo de cabeza veíamos como, poco a poco, a pesar de nuestros denodados esfuerzos, los demás barcos, mucho más ligeros y super-preparados para la regata con infinidad de gadgets y maniobras de lo más imaginativas, nos iban adelantando y se empezaban a alejar por nuestra proa.
En la segunda manga, además, no nos quedó más remedio que volcar tras una desconcertante maniobra con el espí. Recuerdo las últimas palabras de Raquel cuando acabábamos de pasar ese punto sin retorno que anuncia el desastre inminente:
—»Larga todo, larga todo, larga…» —Chooof.
Pero adrizamos, conseguimos poner todo en su sitio menos mis gafas y seguimos la regata. Pero ya se sabe que en esta esquizofrénica etapa de la historia que nos ha tocado vivir, no se valora el esfuerzo ni el tesón así que, a menos de cinco minutos de completar la manga, una neumática del Comité se acercó hasta nosotros con el mensaje de que habíamos agotado el tiempo y no podíamos terminar la manga.
Quitarle un caramelo a un niño no habría sido tan cruel.
Pero, bueno, las otras tres mangas sí las completamos. De hecho, en la última se produjo un final que ya quisieran para ellos los que ganaron la regata. En la parte modesta y apenas pretenciosa de la clasificación, adelantamos al último participante y entramos en meta con apenas una eslora de ventaja.
¡Prácticamente final de «foto-finish»!
Nota del editor: Estas son las últimas palabras que aparecen en el diario. Está página aparece rasgada en este punto y el resto de las páginas han sido arrancadas de forma violenta.
No sabemos el motivo.
Sólo confiamos en que la aventura haya terminado bien.
Por lo que podemos deducir de la investigación, aún sin darla por concluida, parece que la experiencia ha sido de lo más estimulante, divertida y enriquecedora y los participantes animan, seguro, al resto de miembros del Club a participar en este tipo de eventos. No se arrepentirán.
En la redacción cruzamos apuestas a que esta no es la última regata a la que acuden.
😀 ¡Excelente crónica! – muy divertida y muy quijotesca por cierto-