21-28 de agosto de 2021

por Isabel del Pueyo

El pasado 21 de agosto patrones y tripulantes de los veleros VALENCIA y ACAJOU inician su periplo desde el puerto de Olbia (Cerdeña), recorriendo el archipiélago de La Maddalena, atravesando el estrecho de Bonifacio, fondeando en espectaculares calas y atracando en peculiares puertos.

Siete ventosas, divertidas e intensas jornadas de navegación. Siete planes de navegación llenos de sorpresas: paisajes espectaculares, exigentes maniobras, impecables pilotajes, mucho aprendizaje, excelente gastronomía, muchos momentos placenteros, y como no, algunas polémicas, fondeos a la luz de la luna, cenas compartidas, mucho humor y mucho amor por la navegación.

Tras un ajuste en las tripus y el discurrir de los días, salen a flote numerosas coincidencias. Rizadas y favorecedoras melenas están presentes en ambos barcos, ambos cuentan con atrevidos aspirantes a “La Voz”, la alta cualificación de sus bármanes nos permite degustar deliciosas caipiroscas y aplaudidos aperoles-sprizt, sin olvidar una compartida inclinación por el pollo y la pasta italiana. Pero, mejor pasar a una descripción más pormenorizada:

Día 21. Llegada al puerto de Olbia

Aprovisionamiento Master-Chef resuelto con solvencia en tiempo récord. Primer contacto con la pasta italiana. Reparto equitativo de camarotes y roles.

 

Día 22. Olbia-Puerto Palma ( Isola Caprera), doblando el Cabo Fisari y atravesando el Passo delle Bisce.

Estibado el barco y en orden de marcha, cada tripulante nos afanamos en cumplir con solvencia nuestro papel. Tras una venteada y larga travesía, al fondeo, nos esperan un relajante baño, una luna llena que promete acompañarnos y la visita del patrón del Valencia en una “minidingui” que solo navega a remo. Ha sido un comienzo excelente.

 

Día 23. Visita el Centro Vélico CAPRERA (Porto Palma)-Isola Budelli.

Nuestros colegas italianos Centro Vélico Caprera nos reciben con una amable visita guiada y algunos detalles. ¡ Grazie Amici ! Nos encanta su enclave y sus medios. Prometemos volver.

Numerosos bordos con fuertes vientos al atravesar el Messo Passo, una breve parada para reponer fuerzas y todavía a tiempo para fondear, desembarcar y poder disfrutar de la Spiaga Rosa, un paraíso protegido entre el rosa y el violeta.

 

De camino, regata. Afinamos velas, rumbo y caña para tomar los bordos uno a barlo del otro, no lo hacemos mal.

Día 24. Isola Budelli-Isola Lavezzi-Puerto de Bonifacio (Córcega)

Después de un estimulante baño matutino y un copioso desayuno (tostadas a tiralíneas, café en su punto y sabrosos huevos) la flota pone rumbo al puerto de Bonifacio haciendo escala en Ile Lavezzi (reserva marina protegida). Poco espacio, abundante flota y peligrosas piedras complican el fondeo. Una pareja despistada pregunta ¿la Maddalena? Le señalamos el horizonte y sin dudarlo un segundo ponen rumbo hacia el intrincado laberinto de islas al sur, sin más referencia.

 

La tarde transcurre amable, con viento suave y la llegada al espectacular puerto de Bonifacio nos sorprende a todos. Una ciudad fortaleza en tierras francesas, desde cuyo acantilado calcáreo una escarpada escalera sirvió el Rey de Aragón para conquistarla (dice la leyenda). Un puerto plagado de lujosos yates, mucha fiesta y mucho glamour, excepción hecha de los servicios de baño y ducha. El enclave merece cenar de restaurante que con acierto localizamos.

 

Día 25. Puerto de Bonifacio-Puerto de la Maddalena (Cala Gavetta)

De nuevo atravesamos el estrecho de Bonifacio con vientos portantes para atracar en el puerto de La Maddalena (Cala Gavetta), desde donde poder visitar un entrañable pueblo de pescadores.

Los largos bordos de esta jornada ofrecen tiempo para la charla, las canciones e incluso para reclamar nuestro turno de caña al minuto o polemizar sobre qué se entiende por un lenguaje sexista. Todo queda resuelto, gana el respeto.

Las tripus nos echamos de menos y decidimos compartir nuestros coincidentes menús en uno de los barcos. Unas copas amenizan el final del día. Comprobamos como se va dando cuenta de la bodega y el cerveceo se vuelve selecto. Hay quien señala: “Ichnusa, si, ma non troppo”. Nada más acertado.

 

Día 26. La Maddalena-Portisco

Abandonamos el puerto de La Maddalena con el deseo de haber degustado un buen “peixe”, una razón más para volver. Ponemos rumbo a Portisco, buena velocidad, viento suficiente, algunas trasluchadas mejorables y cada vez más adaptados a la navegación. El interés por la navegación nos mete de lleno en ejercicios de carta. Provistos de carta, compás de alidada y regla de Cras trazamos posiciones y rumbos, comparamos con GPS, no está mal.

En Portisco, amarre a las órdenes de las “gomotos”, un breve paseo y unos buenos Aperoles. Solo queda una jornada, ¡qué pena!. 

Día 27. Portisco-Olbia

Es nuestro último día de navegación. Se prevén fuertes vientos y alegre oleaje. Podemos confirmarlo durante el trayecto solo con foque y surfeando las olas que entran de popa. Navegada muy rápida, fuertes vientos portantes, mucha ola, pero sobre todo mucha diversión y mucho disfrute. Fondeo para comer con cabo de corriente incluido. A estos patrones no se les escapa nada, siempre estilo Cina. 

Tras un laborioso atraque ya estamos en Olbia. Hoy toca nuestra cena de despedida, las tripus se mezclan y continúan las complicidades, la alegría, el humor, el afecto y las ganas de divertirse. Buena cena y buen ambiente, incluso versionamos en karaoke a la inigualable Raffaela Carrá. Muy italiano. 

Ha sido, sin duda, una navegada genial y un placer poderlo compartir.

  • Gracias a todos y cada uno de vosotros por hacerlo posible. Gracias a David por su deliciosa caipirosca, a Paco por sus canciones y su turbante, a Julián por sus necesarias desconexiones, a Luismi por sus datos exhaustivos y su aportación a nuestra denominada gastro-navegada, a Margarita por su energía, simpatía y organizarnos la cena, a Javier por sus amables enseñanzas, a Álvaro por sus disfrutonas carcajadas, a Juana por su equilibrio, a José Manuel por su divertido sentido de la vida, a Gonzalo por su eficacia y discreción, a Cristóbal por sus cómplices miradas, a Jorge por su templanza y saber estar y a Luis por su paciencia infinita y sus opiniones “reservadas”.

Gracias a todos por aportar lo mejor de cada uno consiguiendo no solo mejorar nuestra navegación sino vivirlo con intenso y placentero disfrute.

Por futuras navegadas. Gracias CINA.