Motores Marinos. Apuntes y protocolos básicos para su uso y mantenimiento por Alfredo Platas

Invernar

Termina la temporada y nos disponemos a recoger e invernar el motor. Para ello debemos disponer de un bidón con agua y una madera en la boca preparada para sujetar el motor, o bien de una manguera, una orejeras y espacio para recoger el agua que se derrama. Motor usado siempre en agua dulce vendrá bien hacerlo funcionar en un bidón con agua limpia un rato, pero si no se puede hacer, se deja consumir la gasolina del motor totalmente en el agua y después solo será necesario sacar las bujías y echar dentro de los cilindros un spray para conexiones eléctricas (mejor que el 3×1 que tiende a engrasar). También conviene dar grasa consistente o grasa de litio en todas las piezas móviles del brazo, cable del acelerador y en general los sitios donde vemos restos de grasa sólida. Después se limpian bien las bujías, se meten sin apretar y se pega un cartel que diga la fecha de invernaje y que recuerde que hay que apretar las bujías con la llave antes de arrancarlo de nuevo.

Cuando se ha usado en agua salada, es indispensable meter el motor en agua dulce y tenerlo funcionando por un espacio de 10 minutos o más, acelerando de vez en cuando. Al final, quitamos la goma del combustible y dejamos que se consuma la gasolina totalmente hasta que se pare el motor por sí mismo. Después lavamos el motor con agua dulce por fuera y hacemos las mismas operaciones anteriores, spray, bujías etc., extremando el reparto de grasa en cualquier pieza móvil y especialmente cubriéndolas si presentan oxido.

Siempre debemos estibarlos de pie, preferentemente en su soporte y cubrirlos en lo posible de polvo y meteorologías extremas y del sol, al menos con una lona. Si se estiban tumbados, siempre con el puño debajo en los cuatro tiempos y al revés en los dos tiempos, y con la cabeza más alta que la cola.

Poner en marcha de nuevo

Al comienzo de la nueva temporada no debemos lanzarnos a poner el motor y arrancarlo así, sin más. Es el momento de apretar las bujías, por supuesto, pero quizás debemos pensar si necesitamos bujías nuevas. Además hay que comprobar el nivel del aceite y su color y consistencia, que debe ser ligera y de color miel, rechazando los aceites demasiado densos y negros, o peor aún, embarrados o blanquecinos lo que indica que han estado en contacto con el agua. En caso de duda hay que cambiar el aceite, para lo que hay un agujero en la cola, señalado en el manual y añadir aceite específico hasta la marca superior de la varilla, no más. Asimismo puede ser la hora de cambiar el aceite de la cola, operación sencilla pero que en caso de duda debemos encargar al mecánico, y siempre usando su aceite especifico (densidad y temperatura).

Una vez hecho esto, limpiamos el exceso de grasa que haya podido gotear, instalamos el motor y lo cebamos bien con gasolina nueva (nunca conservar la de la temporada anterior pues pierde octanaje y cualidades). Debe arrancar correctamente una vez comprobado que llega gasolina al circuito, y en caso contrario puede ser necesario el cambio de bujías. Cuando haya funcionado el primer día y haya enfriado, volvemos a comprobar el nivel de aceite con la varilla. Así tendremos motores siempre fiables y dispuestos.

Advertencia de seguridad: hay que manejar con cuidado las gasolinas, preferentemente al aire libre y mover los motores con cuidado por su peso y riesgo de caídas, estibándolos en su soporte o en caso de duda, bien tumbados.