«Desde sumergirte en la espesa niebla, desvelar en las mareas vivas las piedras ocultas, rebuscar el Orido entre las luces de Cambados, dormitar en Sálvora para descubrir sus paisajes y habitantes, reposar en Rúa cuando finalmente te lo permite, soñar con mirar la espalda del Noro donde habita la Santa Compaña, encontrar las Forcadiñas entre las Sagres, aprender las infinitas señales, piedras y enfilaciones, hacer sonar la bocina de niebla para escuchar las misteriosas respuestas, sondar con el escandallo las profundidades, estimar la velocidad con pistachos, ver hincharse el spi junto a Piedra Seca, enamorarse del omnipresente pico Lobeira, atemorizarse ante los Petones de Centolleira mientras cruzas con extremo cuidado el paso del Carreiro, ver aparecer los ‘colmillos’ del Cabaceiro Grande entre la niebla, ansiar poder fondear en la hermosa y peligrosa Vionta, agradecer los regalos de las buenas gentes de Aguiño y despertar en Santa Eugenia junto a los amigos del IV»

Nuestro inolvidable Nivel III, en nuestra inigualable Ría.

(David, Eva, Elena y Juan)