Como sabéis, en Semana Santa Cina organizó una navegada a las Islas Canarias, concretamente a Tenerife.

Os dejamos aquí una crónica elaborada por nuestro compañero Rodrigo en la que con magistral estilo nos relata las no pocas y sorprendentes aventuras vividas. Que las disfrutéis.

 

Mohamed cobraba el dinero del alquiler con mucha soltura, y el Piñacolada, que prometía fiesta caribeña y diversión, por no tener para su botadura, no tenía, ni licencia de navegación. Y no estamos en el CINA para un riesgo innecesario, es de ley reclamar los mínimos exigibles, sea a empresa o funcionario

Mal empezaban las cosas con El barco que nunca existió, como decía nuestro amigo Edgard.

Y por la noche en el pantalán…, será el rugido leve y sutil del león…? O el bramido salvaje de la tormenta..? No! Es de nuestro barco que emergen esos tan dulces ronquidos, arrullo pa navegantes, por el patrón proferidos.

La semana de navegación por las canarias ya estaba en marcha (en cuanto nos dieran el barco), no había ya vuelta atrás..

 

Primer día de navegación

Con 45 pies de eslora, manga larga, proa a Gomera, parte presto y con nevera un velero Nininín.

Er capi Valverde le llaman, mu agarrao y aguerrío, a la par que divertido, gobernando el velerín.

Partiendo del puerto promete, se engancha la amarra al vecino, la mano que la desenlaza, el Luismi tocado y herido, mirando parezco un grumete, zarpamos ya con amenaza..

Fue un día movido, con mar cruzada y ola incómoda, rachas de hasta 30 nudos. Un cronista no pudo observar bien lo que ocurría pues se dedicó a dar de comer a los peces por la borda, quitando comida de su propia boca para que no les faltara de nada. Otras compañeras igualmente samaritanas (y -anos) también quedaron perjudicadas por la mar y los vientos del canal entre Tenerife y la Gomera.

¿Cómo nos dices, oh nuestro paladín, que vengamos llorados ya de casa?,
¿Acaso nunca a usted le pasa, que al otear allá algún delfín, una ola fuerte lo rebasa y calado queda hasta el calcetín?

Algo de compasión tenga por estas almas, que tan tiernas vienen a aprender la vela, ya no sé si se la pela, tengamos pues las aguas calmas.

Bella y fuerte navegada con el foque, surcando las olas con viento de ceñida y descuartelar y ola de través.

Divertidos y cansados de tanto vomitar hicimos entrada tensa al puerto de Donosti de la Gomera, con información deficiente sobre el lugar de atraque y la rampa cercana al mismo.

Aquí entra cuña de publicidad, entre los navegantes son sin duda los del cina, los que manejan la caña cosa fina, los de mayor fiabilidad!

Merche, siempre atenta a ayudar, en los fogones y en cualquier tarea y maniobra, y hasta saltando a la rampa; no te apures Merche, que si no falta, lo mismo zozobra, que en pantalán cualquier salto es buena trampa, y, como diría el maestro Jesús, lo más importante es nuestra seguridad!

 

Segundo día de navegación. La Gomera-El Hierro

Y el mito de la hormigonera, queda oculto en la Gomera, el capi no suelta prenda, menudo hueso está hecho er menda.

Hoy perdimos una tripulante…, siempre se van las mejores. Almudena quedó en tierra, esta batalla perdida, que no la guerra, triste vida, vida perra, al queso ya no dará más estrellas, ya no estibas más botellas…

8 personas continuamos de tripulación para una maravillosa navegada con vientos portantes casi todo el tiempo y ola de largo y aleta. Disfrute máximo. El patrón quería quedarse el timón para él todo el rato, así que tuvimos que darle uno de juguete para que se entretuviera. Cuando se dio cuenta del ardid se desencadenó una auténtica y democrática lucha encarnizada estilo rebelión a bordo con final feliz (no en términos de lo que pensáis, sino de lo otro); le arrebatamos el anillo de poder y lo compartimos como buenas hermanas cineras.

Hoy invitaron a unas buenas rondas de biodramina, así que los peces se quedaron sin su ración de alimento.

A media tarde Maria José nos deleitó con unos maravillosos sandwiches con salsa rosa homenajeados con unas buenas olas.

A la noche y recordando nuestra estirpe pirata, catamos unos ricos rones con cola.

Cena a bordo en el puerto de la Estaca, en el Hierro, acumulando puntos para la última gran cena prometida.

Mireia!, bella foto de Delfina, quizás no seamos Robert Cappa, pero somos gente del Cina, no te damos más la chapa!

 

Tercer día de navegación. El Hierro-La Gomera.

De un lado para otro y vuelta

Paseamos por la mañana por la isla y admiramos la belleza del Mirador de la Peña, obra de César Manrique. ¡Aunque seamos cineros, también tenemos algo de sensibilidad!

También el Pozo de las Caldosas, con el mar rugiendo contra las rocas, las piscinas naturales y sus famosas casas pajeras, que significa con techos de paja de centeno, no por otro motivo que hayáis podido pensar…

Pilar precisa en la meteo, una labor profesional, por el día apenas la veo, mira que es original, pasa el rato yo creo, tendida en la horizontal.

Navegada a motor con mayor puesta, el día anterior se estropeó el enrollador del Génova y no volveríamos a sacarlo.Y es a mediodía que, Almudena reaparecida, cocina una rica pasta con lechuga, con ayuda del pinche Luismi en cocinas.

Atracamos en San Sebastián de la Gomera sobre las 10 de la noche

 

Cuarto día de navegación

Respecto a las habilidades y cualidades más específicas de la navegación, Jesús ya ha aprendido del maestro Luis el noble arte y elevada técnica del fino cortado del pan de tostadas.

Muchos libros se han escrito al respecto, pero ninguno tan prolijo como el que atesora nuestro tan venerado maestro, y su discípulo Jesús hace honor a ese nombre con unas lonchas que permiten ver el otro lado al trasluz.

Tras el desayuno de tan sabroso sustento, emprendimos excursión por la Gomera al parque natural de Garajonay.

Creo en vos, maestrillo panadero, masajista en el velero, capitán progenitor….

Interesante paseo por el Garajonay más tiempo hablando de qué ruta seguir, que caminando por ninguna ruta. Y ahí la fantástica captura gráfica por Mireia de una auténtica estampa de mansplai-ning simultáneo entre todos los hombres de la excursión, los unos a los otros, frente a un mapa de las rutas. Maravilloso ejemplar único de trabajo antropológico!! Gracias Mireia!!

In extremis taxi salvador que vino a rescatarnos, aleluyah, los idus son propicios, a cambio solo ha tenido que escuchar Jesús una pequeña chapa del conductor..
Navegación a motor de la Gomera a Tenerife con vientos fuertes e incómoda ola de popa.

Hoy hemos hecho una aportación a la historia del alcoholismo con la invención del Ron tonic, un delicioso combinado de ron y tónica con el toque maestro de la rodajilla de naranja semi retorcida con estilo y elegancia cinera.

Al llegar al puerto de San Miguel en Tenerife, un grumetillo de puerto con espinillas y más miedo que vergüenza, nos dio un lugar de atraque pésimo, expuesto a los vientos fuertes y encañonados de la bocana que nos obligó a amarrar cien amarras (por lo menos) y a comer algo ligero y rápido en el Guachinche antes de volver a revisar el estado del pecio, digo del barco. Esa noche nuestro capitán la pasó en vela vigilando con un ojo medio abierto mientras roncaba a pierna suelta.

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Último día de navegación

Tras el desayuno y foto oficial, ya con Almudena retornada desde ano-che, zarpamos hoy al punto de partida, el puerto de las Galletas. Apoteósica llegada a puerto con vientos muy fuertes y una serie de magistrales maniobras, para variar un poco. Días después aún resuena en el puerto la ovación cerrada que recibió er capitán por toda la concurrencia

Ni los más viejos del lugar recordaban un talento semejante, y qué me dicen de su talante? Que sin apenas pestañear, abrió la boca hasta el paladar, apartó una mota de su guante y empezose a des-perezar, así se las gasta el muy tunante!!

Un humilde y modesto servidor cocinó unas sencillas y sabrosas lentejas.

Y de entre los muchos aprendizajes, que ni en mis sueños más salvajes, hubiera podido yo imagi-nar,
Hay uno que mucho aprecio, bien podéis decir que soy muy necio, difícil será de igualar:
“Que cuando el aire se levanta y la mar se pone oscura, ato bien toda la cuerda, que no se vuele o se pierda, conduzco hacia la embocadura, del puerto para aparcar”

No se asusten que yo espero, no causarles más dolor, que mantengan la mente abierta, pues tengo entendido en cubierta, la derecha es estribor, y clamo hacia el mundo entero, que la izquierda era babor. Y no hay marino más cañero, ni con más olor a roquefort, o más hábil cocinero, que uno del cina o cinero, aunque puedan causarles sopor, sus batallas de marinero!!!

Echando la vista atrás de esta peculiar singladura, sin cartas y sin compás, y ninguna abolladura, me alegro de haber pasado, todos estos días de viaje, bien ligero de equipaje, y aunque me haya mareado, y no siempre fuera a vela, fuimos dejando una estela, de todo lo navegado.

En compañía de delfines, e incluso de calderones, gozando de ricos festines, aprendiendo nuevas lecciones, entre buena conversación y con silencios placenteros, riendo entre compañeros, nunca con mala intención.

 

 

Qué magnífica travesía, con esta FANTÁSTICA compañía!!