Mucho viento y estreno de trofeos de autor en la clásica cinera
El raquero de Leo, Fredy y Ana Yun ganó el Memorial Paco Pedrón
Informa: Raquel Ares
Al llegar al pantano del Atazar se respiraban las mismas ganas de un niño el día de reyes por estrenar su juguete nuevo. La Grana y Oro-Memorial Paco Pedrón no solo era la primera regata oficial desde el principio de la pandemia sino que, además, era el estreno cinero del (para algunos socios todavía desconocido) pantano del Atazar. Con la teoría reciente del curso de introducción de monitores del fin de semana anterior, no tardamos en localizar el material que necesitábamos. Aparejamos los barcos entre topós improvisadas de spi, mordiscos rápidos a bocadillos y discusiones entre “por supuesto que spi si” y “lo montamos y vamos viendo”.
Hacía mucho viento y en el agua pudimos ver como los proeles disfrutaban del trapecio, algún raquero que se planteó dejar un rizo puesto, una mujer al agua, muchos “casi-vuelcos” y dos valientes que se atrevieron a sacar el spi. A mi tripu, yendo de popa, el propio foque nos hizo lo que bautizamos como “efecto spi” pegándonos un acelerón que en mi opinión hubiese zanjado el eterno debate de si, a falta de spi, el largo es más rápido que la popa en favor de esta última. Cada manga de la regata se hizo muy larga, no solo por la distancia que separaba las boyas sino por lo duro que pegaba el viento. Acabo de comprobarlo y solo navegamos tres regatas, pero prometo que en mi imaginación las recuerdo como cinco o seis.
El domingo solo dos tripus fueron lo suficientemente valientes para salir a navegar, el resto disfrutamos de nuestros bocadillos al sol con las vistas de los picos nevados de la sierra de Madrid de fondo, un plan que, aunque no fuese lo esperado, disfrutamos como el que se va a pasar el día al campo.
La regata la ganó la tripu de Leo, Fredy y Ana Yun, con un pleno de primeras posiciones. La tripu de Paloma, Elena y Jimena consiguió el segundo puesto, empatando a puntos con Alberto, Irene y Gemma al descartar la última ronda a la que no se presentaron.
Los trofeos que se repartieron, fueron un modelo diferente al de ediciones anteriores, diseñados por Miki.
Me encanta como la crónica describe a la perfección las emociones que se sienten en un raquero. ¡¡Increíble!!